Juntos, promoveremos una reforma migratoria sensata que crezca empleos, fortalezca nuestra economía y beneficie a todas las familias estadounidenses.
Estados Unidos tiene escasez de mano de obra inmigrante.
Ba finales de 2021, había cerca de 2 millones menos de inmigrantes en edad de trabajar en Estados Unidos de los que habría habido si la inmigración anterior a la pandemia hubiera continuado sin cambios, según un estudio de 2022 de la Universidad de California, Davis.
Todo el mundo sufre cuando Estados Unidos dificulta que los inmigrantes trabajen legalmente mientras millones de puestos de trabajo se quedan sin cubrir. Sentimos esta tensión cuando pasamos el triple de tiempo atrapados en el tráfico que en los años 90 debido a los retrasos en las carreteras y puentes sin construir; cada hora, día o mes adicional que nos vemos obligados a esperar para ver a un médico o someternos a una operación importante; cada vez que lo que pagamos por los comestibles aumenta en porcentajes de uno o dos dígitos respecto al año anterior.
Ahora más que nunca, tanto los legisladores federales como los estatales deben promover leyes que faciliten, y no dificulten, el trabajo de los inmigrantes en sectores clave de nuestra economía, desde el punto de vista legal, para que tanto empresarios como trabajadores estén protegidos.
Cómo afecta la escasez de mano de obra inmigrante:
Aumentan los tiempos de espera sanitarios
Hay una necesidad creciente de personal sanitario en todo el país, que se refleja en el hecho de que, a finales de 2022, el tiempo medio de espera para las citas de los pacientes aumentó un 8% desde 2017 y un 24% desde 2004. Actualmente, un paciente nuevo tarda unos 26 días en conseguir una cita con un proveedor.
Entre 2017 y 2021, los estados desde Arizona hasta Virginia experimentaron un aumento en el número de ofertas de empleo en línea para puestos únicos de trabajador sanitario. Los inmigrantes están especialmente capacitados para desempeñar estas funciones. Ya representan una proporción mayor de trabajadores en funciones sanitarias como médicos, cirujanos, higienistas dentales y terapeutas respiratorios que su proporción en la población. Sin embargo, a pesar de la creciente necesidad de trabajadores sanitarios, muchos inmigrantes que recibieron formación especializada en el extranjero no pueden ejercer en el estado.
Según el Instituto de Política Migratoria, en 2018, los nacidos en el extranjero representan casi el 18% de los 14,7 millones de personas que trabajan en la sanidad en EE.UU. -casi una de cada cinco- y constituyen una parte desproporcionada de determinadas plantillas sanitarias de alta y baja cualificación: El 28% de nuestros médicos y cirujanos son nacidos en el extranjero, y el 38% de nuestros auxiliares sanitarios a domicilio nacieron fuera de Estados Unidos.
Se prevé que las ocupaciones sanitarias representen unos 2 millones de los 8,3 millones de puestos de trabajo que la Oficina de Estadísticas Laborales espera que se creen en Estados Unidos entre 2021 y 2031. Está claro que necesitamos que los inmigrantes ocupen una gran parte de estos puestos, y necesitamos que los legisladores federales y estatales promuevan una legislación que lo facilite.
Los precios de los alimentos se disparan
Especialmente desde la pandemia de COVID, los precios de los alimentos han subido a un ritmo no visto en décadas. Casi todo el mundo se ha dado cuenta de que los huevos, un alimento habitual, han pasado de costar 3 $ la docena a costar 7 u 8 $. En 2023, se prevé que los precios de los comestibles aumenten un 7,8%.
Un factor importante de estas subidas es la escasez de mano de obra agrícola. La edad media de los titulares de explotaciones principales es de casi 60 años, y los agricultores menores de 35 sólo representan el 9% de ese grupo. De 1950 a 2000 se ha producido un descenso del 73% de los trabajadores agrícolas autónomos y familiares, y el número de trabajadores agrícolas contratados ha descendido un 52% en el mismo periodo. Esto ha provocado un aumento de los salarios laborales: En 2018, la industria agrícola experimentó un descenso del 7% en la ayuda contratada y un aumento del 5% en los salarios laborales.
Los inmigrantes son la clave para resolver esta escasez. Un estudio que encargamos en 2022 a la Universidad A&M de Texas concluyó que disponer de más visados para emigrantes y trabajadores invitados se correlacionaría con una menor inflación, salarios medios más altos y menor desempleo en el sector agrícola. Pero esto no puede ocurrir sin la acción del Congreso, donde la legislación sobre la reforma de los trabajadores agrícolas invitados se ha estancado año tras año.
Nuestras infraestructuras se desmoronan
Una de las razones por las que las carreteras, puentes y vías férreas estadounidenses tardan en repararse o construirse de nuevo es la escasez de mano de obra en la construcción. En mayo de 2022, se estimaba que había 434.000 ofertas de empleo en la construcción en EE.UU., pero sólo 389.000 empleados en ese mismo sector, lo que significa una escasez de 50.000 trabajadores. Hasta el 81% de las empresas constructoras han declarado tener dificultades para cubrir puestos.
Los inmigrantes, que ya constituyen una parte desproporcionada de los trabajadores de la construcción, son los más indicados para solucionar este déficit. Tanto los legisladores federales como los estatales deben aprobar soluciones legislativas que permitan a más trabajadores nacidos en el extranjero trabajar legalmente en el sector de la construcción, ya que muchos lo hacen ilegalmente y son vulnerables a la explotación patronal.
La hostelería sufre
A finales de 2022, una investigación de la UC-Davis mostró que había 1,6 millones de puestos de trabajo sin cubrir en el sector de la hostelería estadounidense, donde hasta el 40% de los trabajadores son nacidos en el extranjero. El sector de la restauración está en vías de crecer un 14% en la próxima década, mientras que se espera que la mano de obra nacida en Estados Unidos crezca sólo un 10%, según la Asociación Nacional de Restaurantes.
